So many waiting to be found:
the dead buried in unlikely places,
shallow graves, in unhallowed ground;
the living interred in pointless lives,
unknown, unsought, unmissed;
bored husbands and wives hoping to be found
by others who might love them more, for a time;
the religious waiting to be found by God
and rewarded for their faith;
gurus of one sort or another, waiting to be found
by devotees;
the destitute waiting to be found by the rich
who, in turn, are afraid of being found by the poor;
the lonely waiting to be found by soul mates
who never come;
children waiting to be found by parental approval.
Waiting on street corners,
waiting in our homes,
waiting on-line behind avatars,
waiting in office cubicles,
waiting at café tables hoping for someone to comment
on the book we’re reading,
waiting to be noticed,
waiting to be selected,
waiting to be identified as unique
in a world of sameness and cliché,
waiting while pretending
not to be waiting,
waiting to live and waiting to die,
at some point, either will do,
waiting for an explanation in the face of silence,
waiting for transcendence that is elusive,
waiting for answers that simply don’t exist.
waiting for courage,
waiting for rescue.
Waiting like shells on the beach,
some chosen, most passed by.
Waiting for a reason to hope,
but settling for a shopping spree.
And everything we do or say or even wear,
is done in anticipation of being found:
the living and the dead, the idle and the busy,
the melancholy and the cheerful,
So many waiting,
never found.
ONOFRIO PACENZA : Nació en Buenos Aires el 6 de mayo de 1904 y murió en la misma ciudad el 27 de junio de 1971.
Hizo estudios de arquitectura y decoración e ingresó en la Academia Nacional de Bellas Artes de donde egresó con el título de Profesor de Dibujo en el año 1928.
En 1927 expuso por primera vez en el Salón Nacional, concurriendo al mismo también en años sucesivos. Entre 1930 y 1940 expuso obras en las Salas de la Asociación Amigos del Arte. Participó en exposiciones realizadas en Europa, Nueva York y California. Entre las distinciones que obtuvo figuran un premio estímulo en el Salón Nacional de 1923 y un tercer premio en la Exposición de Artes Plásticas de 1936.
PLANTEAMIENTOS ESTÉTICOS DE SU OBRA
La obra de Onofrio Pacenza aparece como respuesta al impacto que provoca en el artista el paisaje urbano y, dentro de éste, su mirada se orienta hacia la observación de ciertos espacios marginales que sobreviven a la transformación de Buenos Aires en ciudad moderna. Así aparecen el barrio de la Boca y sus rincones portuarios, Flores, Barracas o San Telmo.
Dentro de un lenguaje figurativo, con algunas referencias ambientales a la pintura metafísica italiana -que lo aproximan, a su vez, a la obra de Horacio March-, Pacenza evoca sus temas con una evidente inclinación nostálgica, en su visión de una realidad que mantiene presente el pasado frente a una modernidad en ciernes. La transcripción pictórica que hace de la ciudad, lejos de manifestar una actitud positiva ante el progreso (como lo hiciera en su momento Pío Collivadino), está en función de la enfatización de una actitud de denuncia contra la deshumanización y marginalidad que trae consigo una industrialización descontrolada.
Por otra parte, la pintura de Pacenza denota, en sus aspectos formales, una clara aproximación a los códigos estilísticos derivados de aquello que se ha dado en llamar el rappel-…-l’ordre, en su replanteamiento de los aportes renovadores de las vanguardias históricas. En efecto, en su planteo estético lejos de ese naturalismo verista que describe la realidad en sus aspectos triviales y anecdóticos típico de los pintores costumbristas, Pacenza opta por una reformulación de las propuestas vanguardistas y por una vuelta a cierto estado de orden y armonía en la estructuración del campo pictórico.
Discussion
No comments yet.